sábado, 12 de noviembre de 2011

11-11-11- finaliza 1-1 en Barranquilla



Una fecha para archivar entre los datos curiosos de un partido, y sobre todo de una eliminatoria mundialista. El 11 de noviembre del año 2011 Colombia recibía a una Venezuela con hambre de mundial, el resultado final fue 1-1.


Los cafeteros quisieron arropar a los vinotintos en el campo, tratando de desplegar un fútbol rápido y apretando por todos los sectores a los venezolanos para no permitir la creación de juego.


Miku Fedor desperdiciaba una gran opción frente al portero en un rebote que dejó el guardameta colombiano y se prendían las alarmas en la defensa del combinado dirigido por Leonel Alvarez.


Pero una jugada veloz y de mucho toque genero un potente disparo hacia la escuadra de la portería resguardada por Reny Vega, que no pudo contener y cayó el primer tanto de Colombia por medio de Guarim.


A partir de ese instante los neogranadinos manejaban los tiempos del partido y generando llegadas al arco de Vega, que en varias ocasiones debió lucirse para salvar su arco y evitar otro tanto.


Los primeros 45 minutos terminaban a favor de Colombia 1-0 y manejando el partido a placer, además de la mala noticia que uno de los pilares del seleccionado vinotinto, Tomás Rincón, se encontraba mal físicamente y debió ser atendido en los vestidores colocándole suero para tratar de recuperarlo para la segunda parte.


La segunda parte tomaría otro color, se invertían los papeles y Venezuela tomaba la manija del cotejo, Rincón no pudo más y debió ser retirado del rectángulo, dándole entrada a Juan Guerra que colaboró mucho en el orden.


El ingreso de Salomón Rondón y el último cambio que fue Frank Feltscher, fueron las herramientas que aprovechó el cuadro venezolano para buscar el empate, juego aéreo donde "Salogol" ganaba todas.


Un saque largo de Reny Vega, que logra ganar una vez más Rondón se dirige hacia el defensa central colombiano, Luis Amaranto Perea, el cual no pudo controlar la esférica y de una manera veloz apareció Feltscher para robarle la cartera y concretar el tanto que diera el empate y cifras definitivas al partido.


Una selección de Venezuela que nunca se entregó, un Cesar Gonzalez que tenía cuatro pulmones para lucharlas todas, un Amorebieta implacable, un Arango que le faltó el gol pero peleó, un conjunto de cosas que están haciendo soñar a una nación con la participación por primera vez en la historia en un mundial.


El sueño sigue, Farías junto a su cuerpo técnico y guerreros buscan lograr ir al mundial, para dejar de soñar y obtener una realidad palpable que con esfuerzo y constancia se puede lograr, porque las herramientas están.


VAMOS VINOTINTO...

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